Se puede vivir sin carlino, pero no merece la pena

Artículo escrito por Cristina Koch y Juan Jimenez (Tabaiba Carlinos) para la revista "El Mundo del Perro", n°326

 

El Carlino es el perro de compañía perfecto. Su principal propósito es querer y ser querido. Se trata de una raza muy apegada a todos los miembros de la familia y lo único que quiere y necesita es estar con ellos y seguirlos allí donde vayan. Le da lo mismo pasar el día en casa viendo la tele que salir a dar un largo paseo, a ellos lo que les importa es estar en compañía de los suyos. Aunque se adapte bien a la soledad, lo adecuado es no dejar al Carlino solo todo el día. La gente que tiene que estar fuera de casa mucho tiempo puede optar por tener dos Carlinos, así se harán compañía mutuamente. Quien tiene varios perros de esta raza sabe que no ocupan mucho espacio y que les encanta acostarse unos encima de otros, formando un gracioso montículo de perros.

 

VARIOS PERROS EN UNO

El carácter del Carlino tiene muchas facetas. Parece que tenemos varios perros en uno. Puede estar soñando pacíficamente, durmiendo y emitiendo su ronquido peculiar y, al instante siguiente, estar ladrando muy enfadado. A veces es aristocrático, reservado, y poco después hace el payaso.

Algunos Carlinos roncan, otros murmuran como si tuvieran un lenguaje secreto. Generalmente, estos perros son un poco cabezotas, pero esto es parte de su encanto. Con paciencia y comprensión se le puede enseñar bien. Nunca hay que gritarles y, por supuesto, nunca pegarles, de otra forma será imposible que obtengamos los resultados deseados, sino que conseguiremos todo lo contrario a lo que deseemos. Lo ideal pasa por adoptar una actitud positiva, alabando al Carlino cuando hace lo correcto. Es el mejor método para conseguir que aprenda.

Los Carlinos pierden pelo. En época de muda veremos nuestra casa invadida de ellos, pero podemos hacer algo para atenuar esto. Como son perros de pelo corto, lo mejor es cepillarlos a menudo con un cepillo de goma, sobre todo en época de muda, así evitamos que dejen el pelo por la casa.

La elección del color del Carlino es cosa de gustos. La mayor parte de la gente elige el Carlino leonado, el beis con máscara negra en sus diferentes tonalidades, porque es el que conoce, el que sale en anuncios y películas. Luego descubren al Carlino negro que, aun teniendo menos expresividad, cuenta con un encanto especial. Realmente hay poca diferencia entre los dos colores, tal vez los negros son un poco más revoltosos y traviesos. Y, por supuesto, el Carlino negro soltará pelo negro, mientras que el Carlino leonado nos dejará en recuerdo su pelo beis.


GLOTONES

A los Carlinos les encanta comer, y engordan con facilidad. Cuentan con un tipo de cuerpo diferente al de los demás perros. Son más redondos debido a que su caja torácica es bastante ancha, aunque eso no es excusa para dejar que engorden, por lo que hay que vigilar especialmente ese aspecto. El sobrepeso no sólo resulta molesto estéticamente, también tiene consecuencias en su salud. Dificulta la respiración, así como daña articulaciones y rodillas. Al Carlino gordo le cuesta correr y jugar, y pronto no conocerá otra alegría que comer más y más.

Por otro lado, en esta raza destaca un hecho curioso: a los Carlinos les fascinan las piedras. Si encuentran una, la conviertan en su tesoro, será una piedra preciosa para ellos. La llevan a todas partes, no dejan que los demás perros se acerquen a admirar su tesoro y son capaces de pelear por ella.

Durante siglos, los Carlinos no han tenido otra misión que querer y dejarse querer, y lo hacen estupendamente. Quien no tiene un Carlino en su vida no sabe lo que se pierde.